El cordobesismo vive los prolegómenos de la 22-23 con una ilusión que no se recuerda desde la campaña del retorno a Primera División
La vida del futbolero está compuesta de muchas capas. Como una cebolla. Una tras otra, las temporadas se van amontonando en el cuerpo solapando recuerdos y acumulando sensaciones. Las positivas encajan en los huecos que dejan las negativas como en una partida de tetris. El equipo -nuestro equipo- no es únicamente nuestro equipo del hoy, sino también el de ayer y -sobre todo- el de hace mucho tiempo. Queramos o no. Tal vez por eso hay jugadores que siempre nos parecerán chavales aunque ya no lo sean, sobre todo porque mientras nos sigan pareciendo jóvenes nosotros no nos pareceremos (tan) viejos. Es en la unión del tiempo real con el tiempo del mito donde encontramos el lugar del fútbol. La gracia de cada año es desconocer si la siguiente capa de cebolla nos va a hacer llorar de alegría o de emoción.El Córdoba C.F. afronta la capa de la 22-23 con un aspecto inédito en su historia reciente. Acaba de subir, pero no aspira a conservar la categoría. Es favorito, pero apuesta por la humildad dentro de la responsabilidad que le otorga un escudo desubicado lejos del fútbol profesional. Tiene una masa social numerosa sin haber debido reducir el precio de los abonos para lograrlo. La última vez que recuerdo tanta ilusión en el ambiente fue en agosto de 2015. Y entonces íbamos a jugar un partido de Liga en el Santiago Bernabéu por primera vez desde 1972. Ahora la pelea es en otra Primera que ni siquiera existía hace siete años. Una división muchísimo más exigente que la inmediatamente inferior, pero que parece más brillante por fuera que por dentro. Cuando escribo estas líneas no se conoce el operador televisivo que emitirá los partidos de la categoría y se da por supuesto -sin confirmación oficial- que uno de los equipos, el Dux, no va a poder ni siquiera comenzar el torneo. La Federación debería cuanto antes asumir que algo falla y tratar de corregir el rumbo si pretende que esta buena idea sea viable y no uno de tantos accidentes que dejó la pandemia.Y para sobrevivir con éxito en este último escollo hacia el fútbol profesional, el Córdoba pretende prorrogar la inercia positiva bajo el sabio mando de un entrenador valiente y siempre competitivo como Germán Crespo. Emprendió desde mucho antes del último pitido -una práctica sensata y que es un beneficio colateral de la magnífica campaña pasada- la reconfiguración de una plantilla ideal, pero mejorable para una división más exigente. Sobre el papel, los fichajes han aumentado el nivel general. En la portería, el único retoque obedece a la marcha por motivos personales de Jaylan Hankins, por el que ha llegado en teoría como tercer meta Pablo Picón. Se espera que Felipe Ramos y Carlos Marín sigan un pleito en el que solo uno puede sentirse del todo satisfecho. Para la retaguardia, la gran duda radica en el lateral izquierdo. La ausencia por lesión durante toda la pretemporada de Ekaitz Jiménez le ha dado una oportunidad que no ha desperdiciado al lucentino Manolillo Ortiz. Atendiendo a lo exhibido en verano, incluso podría desbancar de la titularidad a uno de los fichajes como Calderón. En el flanco derecho, Puga y José Ruiz representan dos formas distintas de entender el fútbol y da la sensación de que en función de cómo vaya transcurriendo la temporada podrá brillar más uno u otro. Eso sí, la negativa del granadino a renovar puede llegar a jugar en su contra. Para el centro de la defensa, todo hace indicar que Gudelj es inamovible en el sector zurdo. José Cruz, José Alonso y otro refuerzo de postín como Jorge Moreno discutirán la cuarta pieza de la zaga.En el centro del campo, la decidida apuesta por la posesión y el juego alegre de Germán Crespo otorga una gran responsabilidad al futbolista o futbolistas que deban equilibrar al equipo. Si Diarra es capaz de mantener el estado exhibido en los partidos de prueba, será uno de los mejores medios de la categoría. Javi Flores también ha brillado a un gran nivel, aunque tiene como rival por la titularidad a otro futbolista de calidad incuestionable como Álex Bernal. Ramón Bueno, al que se le ha colocado también de central durante el verano, supone otra alternativa para ofrecer una salida de balón limpia o atesorar posesión si el marcador es favorable.Pero si hay una zona del campo en la que resulta casi imposible pronosticar titulares y suplentes es la de los atacantes. Simo y Cedric ofrecen velocidad y desborde por una banda mientras que Carracedo -uno de los que mejor lo ha hecho este verano- y Adrián Fuentes -que también puede jugar de nueve- son pura potencia y calidad. Entre esos cuatro se repartirán la tarea de darle profundidad a la idea de Crespo. También han caído a ambas bandas de manera coyuntural Kike Márquez, Willy y Sergio Benito. Sin embargo, los tres son mucho más importantes cuanto se asocian cerca del área por detrás del delantero centro. Si Crespo opta por un dibujo con un único atacante la pelea por el puesto de segundo punta estará -parece- entre De las Cuevas y Kike Márquez. Si, por el contrario, el entrenador prefiere dos “nueves” Sergio Benito y Willy son los principales candidatos para acompañar a Antonio Casas. El rambleño, máximo goleador de la 21-22 y de la pretemporada, sí que parece partir con ventaja en la lucha por la titularidad. Opinadores y analistas colocan a la plantilla del Córdoba entre las mejores del grupo I de Primera Federación. Los enemigos del sueño son el potencial de Deportivo de la Coruña -que se llevó in extremis a dos futbolistas que ya tenían casi enfundada la blanquiverde-, así como el aval económico de los recién descendidos Alcorcón y Fuenlabrada y la ilusión de otros potenciales aspirantes como Racing de Ferrol, Cultural, Castilla o Badajoz. Hasta que la pelota no ruede en serio todo son meras conjeturas.La juventud lo embellece todo, incluso la desgracia, opina François de Chateaubriand en su “Amor y vejez”. Esta segunda vida que está disfrutando un Córdoba que sigue siendo un okupa en El Arcángel por motivos inexplicables ha rejuvenecido la ilusión de una generación de desencantados que no paraba de escuchar, leer o sentir noticias patéticas de su club. Han sido tantas las capas de cebolla amargas superpuestas que ahora cuando nuestro reto es el mismo que teníamos en los noventa -regresar a la profesionalidad- lo vivimos con la misma ilusión que un niño chico. De eso va el fútbol.P.S. Podrán seguir todos los partidos del Córdoba CF esta temporada a través de COPE Córdoba en https://www.cope.es/directos/cordoba y por la aplicación para móviles.
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