El Galatasaray, el club más exitoso de Turquía, ha confirmado este domingo «negociaciones oficiales» con el delantero español Álvaro Morata, del Milán, cuya llegada a Estambul se ha producido este domingo para la firma del acuerdo.
Aunque el breve comunicado del club difundido en su cuenta de X solo señala que «se han iniciado negociaciones oficiales», se da por hecho que el fichaje ya es seguro. Según la cadena turca NTV, Morata ya tendría que haber llegado a Estambul, pero el vuelo se aplazó a causa de la densa niebla que envolvía la ciudad del Bósforo.
El club está ahora preparando una «magnífica ceremonia» para la firma de Morata, de 32 años, asegura la citada cadena, subrayando la enormes expectativas que suscita el español y recordando que será el jugador con más seguidores (23 millones en instagram) de todos los futbolistas de Turquía.
Según NTV, Morata viene con una acuerdo de cesión de 1,5 años con opción a compra por 8 millones de euros, mientras que el diario turco Sabah pone el precio en los 10 millones, añadiendo que el jugador cobrará tres millones hasta el final de la temporada.
Morata, capitán de la selección española campeona de Europa, por el que el Milan pagó 13 millones, tenía contrato con el club lombardo hasta 2028, pero la inestabilidad del club, que ha tenido ya dos entrenadores, así como la insistente búsqueda de otro delantero han condicionado su marcha. El Galatasaray vive una racha favorable desde el arranque de la Superliga turca, que encabeza con con una distancia de 16 puntos frente a su competidor más cercano, el Fenerbahçe.
Álvaro Morata ha sido apenas 6 meses jugador del Milan, club en el que ha vivido un época extraña, marcada por la llegada de Sergio Conceicao y sus aires de revolución, pero que inició algo trastabillada en lo personal y con un debut futbolístico cuanto menos rocambolesco.
Morata se erigió rápido como uno de los referentes del vestuario y de la afición. Su falta de gol -solo 6 en 24 partidos-, poco a poco, fue generando cierta desconfianza de parte de la grada y mermando su figura, aunque mantuvo su estatus en el vestuario hasta la llegada de Sergio Conceicao y la insistencia del club en el mexicano Santiago Giménez, dos condicionantes que terminaron por provocar la decisión de abandonar del recién llegado.
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