ERC y JxCat han explicitado este lunes su rechazo a la invasión rusa en Ucrania, mientras sobrevuela en el independentismo un debate de fondo sobre qué lectura debe hacerse del conflicto en relación con el procés en Cataluña.
ERC y JxCat han explicitado este lunes su rechazo a la invasión rusa en Ucrania, mientras sobrevuela en el independentismo un debate de fondo sobre qué lectura debe hacerse del conflicto en relación con el procés en Cataluña.Uno de los reproches dirigidos hacia el independentismo en los últimos años es su supuesta búsqueda de apoyo en Rusia, antes y después del referéndum unilateral del 1-O de 2017.El debate arreció el pasado septiembre, cuando el diario The New York Times publicó una investigación que señalaba que el jefe de la oficina del expresident Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, exploró el apoyo de Rusia y se reunió en Moscú con funcionarios rusos, exagentes de inteligencia y el nieto de un espía de la KGB.En las últimas horas, JxCat, el partido de Puigdemont, ha querido desmarcarse abiertamente de la invasión ordenada por Putin, denunciando «la intervención militar rusa contra Ucrania» y rechazando «la guerra como método para resolver conflictos».»La soberanía de Ucrania y su defensa de los valores democráticos están en juego ante un estado autoritario como Rusia», ha recalcado la portavoz y vicepresidenta de Junts, Elsa Artadi.También el Consejo por la República, espacio parainstitucional liderado desde Bélgica por Puigdemont, ha rechazado los argumentos desplegados por Putin para justificar la invasión rusa.En un comunicado, el Consejo por la República «condena las acciones militares por parte de la Federación Rusa en territorio de Ucrania, que implican una vulneración flagrante del derecho internacional», y denuncia también la «amenaza nuclear» esgrimida por el Kremlin, porque «comporta un agravamiento del conflicto».Además, subraya que el derecho a la autodeterminación -esgrimido por Moscú para justificar el reconocimiento de la independencia de las repúblicas secesionistas de Donetsk y Lugansk y la anexión a Rusia de Crimea- «no puede ser manipulado para legitimar el uso unilateral de la fuerza por parte de ningún Estado».Por su parte, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha deplorado la guerra desatada «en pleno siglo XXI» con la invasión rusa, ha enviado un «mensaje de apoyo a toda la población que está sufriendo» y ha pedido que «se acabe este ataque militar».Vilalta ha evitado establecer la comparación que planteó el pasado viernes el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que aseguró que la situación en Ucrania demuestra que la comunidad internacional ve la necesidad de una negociación e insistió en que esa también debe ser la vía para afrontar el conflicto político en Cataluña.»Desgraciadamente, tenemos una prueba terrible en el caso de Ucrania. ¿Qué pide la comunidad internacional? ¿Qué quiere, qué propone? ¿Qué haría Ucrania encantada si tuviera la oportunidad? Sentarse a una mesa de negociación», afirmó.Desde Twitter, le replicó el diputado de JxCat en el Parlament Francesc de Dalmases, próximo a la presidenta de la cámara catalana, Laura Borràs: «En contra de las analogías ridículas, Ucrania nos enseña que no se negocia con el agresor mientras no deje de agredir (básicamente porque no sería negociación, sino rendición…)».La formación independentista más ambigua a la hora de posicionarse es la CUP, que el viernes emitió un comunicado en el que denunciaba «las acciones militares que sufre el pueblo de Ucrania por parte de Rusia y la OTAN, así como el papel que ha tenido la UE».La CUP reclama la «retirada de tropas y equipamiento militar de la OTAN de las fronteras rusas y el cumplimiento de los pactos de desarme incumplidos por los EE.UU. desde los años 90».De este posicionamiento, que pone el acento en la «responsabilidad» de la OTAN, se ha desmarcado este lunes Lluita Internacionalista, organización en la órbita de la CUP, en un comunicado titulado «¡Fuera la invasión de Putin y Rusia! ¡Damos apoyo a la resistencia del pueblo de Ucrania!».