El 90 % de las personas que viven en asentamientos pertenecen a algún grupo étnico que sufre con más asiduidad la discriminación racial, según el estudio Discriminación racial en el ámbito de la vivienda y los asentamientos informales, presentado esta tarde en la Subdelegación del Gobierno de Almería.
El 90 % de las personas que viven en asentamientos pertenecen a algún grupo étnico que sufre con más asiduidad la discriminación racial, según el estudio Discriminación racial en el ámbito de la vivienda y los asentamientos informales, presentado esta tarde en la Subdelegación del Gobierno de Almería.Según informa la Subdelegación en una nota, este estudio aborda, entre otras realidades, la que se produce en los diferentes asentamientos situados en entornos agrícolas de la provincia almeriense, y ha sido presentado por la directora general para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial, Rita Bosaho, junto al subdirector general, Nicolás Marugán.El informe, financiado y coordinado por el Ministerio de Igualdad, es una aproximación pionera en el sector público al estudio de la discriminación racial en el ámbito de la vivienda y los asentamientos informales, y en él se han analizado seis ciudades (Madrid, Barcelona, Almería, Huelva, Granada y Parla) y ocho asentamientos -La Cañada Real y Las Sabinas (Madrid), Grog (Badalona), Barcelona; Níjar y El Ejido (Almería) y Lepe y Moguer (Huelva).Los principales estereotipos y prejuicios en el acceso a la vivienda que se extraen del análisis del trabajo de campo son la presunción de precariedad económica y del mal uso del inmueble por parte del arrendatario, ha afirmado Rita Bosaho.El primero se asocia a que las personas de determinados grupos étnicos y poblacionales que sufren con más asiduidad la discriminación racial, tienen peores condiciones laborales o insuficiencia de ingresos para hacerse cargo de una vivienda y los gastos asociados a esta, el mal uso del inmueble.El segundo refleja los prejuicios de las personas propietarias sobre los posibles desperfectos que sufriría su inmueble al alquilar la vivienda a personas de un determinado grupo étnico o poblacional. Estos prejuicios se traducen en un trato diferencial que desemboca en mayores dificultades o incluso en el bloqueo total al acceso y permanencia en la vivienda, señala.Los resultados del estudio reflejan una pluralidad de manifestaciones de la discriminación racial en el ámbito de la vivienda, basadas principalmente en la obstaculización por parte de agencias inmobiliarias o particulares para poder acceder a la vivienda, ofreciendo inmuebles en peores condiciones o de menor calidad que a otros demandantes.A través del trabajo de campo realizado, recopilando información de las personas que viven en los asentamientos, así como de técnicas de ONG y servicios sociales, se estima que unas 6.500 personas viven en los asentamientos estudiados. De estas, aproximadamente el 90 % pertenece a algún grupo étnico que sufre con más asiduidad la discriminación racial, ha afirmado Elena Martínez Goytre.Los asentamientos informales tienen relación con la incapacidad del sistema de provisión de vivienda de dar una solución a los problemas de exclusión y racismo. Este último es un elemento estructural que atraviesa los asentamientos y se traduce en la heterogeneidad de procesos de entrada, de salida y la manera de habitarlos, ha señalado la investigadora.