Le ha pasado a Celia, una joven que ha ido de Erasmus a Amberes y contaba a través de sus redes sociales una de las cosas que más le han chocado
La pregunta es obvia: cuando eras joven, ¿llegaste a irte de Erasmus? Ya sabes, ese programa de las universidades que te permite pasar unos meses o un año en una universidad europea, completando tu plan de estudios. Los hay quien deciden irse a Roma, a Varsovia, a París o a Berlín. Cualquier sitio es bueno, porque es toda una experiencia.Y por si no lo sabías, tenemos que decirte que España es el destino al que más estudiantes europeos quieren venir. De hecho, en 2022, recibió a más de 42.000 alumnos extranjeros. Por debajo está Alemania, con la mitad de estudiantes de los que recibe España, Francia e Italia. Precisamente este país, de una cultura muy parecida a la nuestra, recibe unos cuantos españoles.Estudiantes como Celia, que ha dejado su Granada natal para vivir un año de experiencia de Erasmus en Bélgica. A partir de ahí, va contando qué es lo que vive en el país a través de sus redes sociales, especialmente a través de TikTok. Y ahí, en esa red social, ha sorprendido a sus seguidores contando una costumbre de Bélgica que está muy arraiga en el país y que a ella le parecía una auténtica «guarrada». La costumbre belga de la que se queja CeliaLo cierto es que, aunque Bélgica no esté tan alejado de España como pueden estarlo otros países, es un país con unas costumbres muy diferentes a las españolas. Sabrás que es un país donde los horarios se adelantan, también donde no abunda tanto la fiesta nocturna, y donde la gastronomía no es igual.Sin embargo, Celia contaba con eso y lo que le sorprendió de sus costumbres fue otra cosa. De hecho, ella misma lo contaba en su cuenta de TikTok.»Aquí solo se saca y se recoge una vez a la semana, es una guarrada, ¿cómo vas a tener tu basura una semana en tu casa y no la sacas?», comenzaba diciendo. Y no solo eso, sino que dice que advirtió una cosa con relación al tema de las basuras cuando fue al supermercado. «Las bolsas son carísimas, un rollo de 10 vale casi 10 euros, hay algo que se me escapa. La residencia mandó un correo, tenemos contenedor y no tenemos que compras esas bolsas, pero sacas la basura y da asco porque está toda la calle llena de basura» contaba.También ha emitido otras quejas, porque dice que todavía no se acostumbra a los horarios belgas, en donde cierran las tiendas a eso de las «seis o siete como mucho de la tarde». «No me acostumbro a hacerlo todo tan pronto, me cuesta adaptarme a este horario, por no hablar del horario de comida, comes sobre las 13 como muy tarde y cenas a las 18. Me negaba a adaptarme pero al final una cae» expresaba.Vuelve a casa tras su Eramus y su madre no la quiere recibirMarieta es una estudiante que, durante este curso, ha estado haciendo su Eramus en Bolonia, Italia. Ella ha regresado a casa después de estar cursando allí sus estudios, a Valencia. Ojo, porque cuando lo hizo, su madre no quiso recibirla.Y es que ella llegaba de sorpresa y, por tanto, quiso grabar la reacción de su madre. Se preparó, se puso un trapo en la cabeza para que no la reconociera, y llamó al timbre. Entendemos que su madre decidió, entonces, echar un vistazo por la mirilla de la puerta, y no quiso abrirle en ningún momento. Llamó unas cuantas veces, pero nada.Presa de la desesperación de que no pudiera abrirle la puerta, decidió destaparse y decirle a su madre, a través de la puerta, «ábreme, mamá», mientras su madre repetía «no, no me interesa». Después del agobio, le dijo repetidas que era ella, Marieta, ante la negativa de su madre de abrirle la puerta. Cuando, en un momento, dijo «mamá, soy yo», la madre volvió a echar un vistazo a la mirilla y vio que se trataba de su hija.Finalmente, le abrió la puerta, y confesó que había confundido a su hija con una vendedora. Final feliz para esta familia, que no ha podido ocultar la emoción al ver regresar a su hija.
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