A lo largo del día interactuamos con múltiples personas. Con algunas compartimos opinión y con otras no, lo que implica que estamos expuestos a numerosas oportunidades para ofendernos. Todo comienza con un desacuerdo tras el cual, si no hacemos nada por solucionarlo y olvidarlo, o simplemente no darle demasiada importancia, puede producirse el rencor y tener multitud de pensamientos automáticos rondando nuestras cabezas. En el peor de los casos, este autodiálogo interno puede afectarnos durante días y afectar incluso a nuestro descanso nocturno.

Lo primero que hay que entender para evitar ofensas es que no todo el mundo piensa como nosotros y, si te dejas arrastrar por el enfado cuando alguien dice algo que no te agrada, estarás gastando mucha de… Ver Más

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