Nadie esperaba una sesión de control cómoda para el Gobierno andaluz del PP y Ciudadanos en un día como ayer. Tampoco Juanma Moreno. Nada más acabar el cuerpo a cuerpo con los portavoces de los grupos políticos en el Pleno del Parlamento, el presidente andaluz tuvo que marcharse deprisa y corriendo para no perder el AVE que le iba a llevar hasta la reunión de los barones autonómicos con Pablo Casado para intentar cerrar la crisis que ha dinamitado a su partido y abocado a un congreso extraordinario. Con el PP en combustión y las elecciones autonómicas en fase de descuento, la oposición de izquierdas olió la sangre y se lanzó sin complejos a morder la presa.

De la relativa… Ver Más

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